la llegada del Coronavirus (y el consiguiente cierre de las tiendas físicas tras decretarse el estado de Alarma) ha dado pie a una aceleración espectacular en el mundo del e-commerce, tal y como ejemplifica el éxito de perfumes club
Como cualquier crisis, también la generada por el Covid-19, ha supuesto una disrupción del mundo tal y como lo conocíamos hasta ahora en muchos ámbitos. Para el comercio electrónico, en concreto, ha significado la consolidación definitiva de una tendencia que no acababa de arrancar en nuestro país. Y así lo considera Gerardo Cañellas, CEO y fundador del pure player de perfumería y belleza Perfumes Club.
En opinión de Cañellas, la llegada del Coronavirus (y el consiguiente cierre de las tiendas físicas tras decretarse el estado de Alarma) ha dado pie a una aceleración espectacular en el mundo del e-commerce.
El éxito de Perfumes Club en cifras
Su web, www.perfumesclub.com, que desde marzo ha sufrido un aumento del número de visitas de casi medio millón, pasando de las 820.000 en marzo a más de 1.250.000 tanto en abril como en mayo (acercándose a las cifras de la época de las compras navideñas, la más fuerte del año), ha reflejado las distintas iniciativas llevadas a cabo a consecuencia de esta crisis que, para Perfumes Club se ha convertido, sin duda, en fuente de oportunidades.

La web ha reforzado su catálogo, incluyendo artículos de primera necesidad como productos de aseo o mascarillas; ha incrementado sus ofertas (siempre agresivas) en todo tipo de categorías, con descuentos que en la mayoría de casos van por encima del 50% (una tendencia que han adoptado la mayor parte de sus competidores con ofertas flash en una selección diaria de productos); y además se ha acercado más al consumidor con espacios informativos sobre el Covid o con consejos de belleza para seguir durante el confinamiento.

También ha potenciado su comunidad online con la iniciativa #IamBeautyLover, dando la oportunidad a sus clientas de convertirse en embajadoras de Perfumes Club compartiendo el pedido o el beauty look en sus respectivos perfiles de Instagram con dicho hashtag; así como a través de la renovación de su App, donde es posible descubrir todas las ofertas semanales.

En los primeros días del confinamiento, las ventas de Perfumes Club descendieron significativamente, pero antes de acabar el mes, comenzó a remontar y a mediados del mes de abril estaba facturando más de 200.000 euros diarios (doblando las cifras de 2019 en el mismo periodo), tal y como ha compartido el propio Gerardo Cañellas a través de una gráfica en su perfil de LinkedIn.

Ello ha provocado que la compañía haya podido reforzar su estrategia de comunicación, difundiendo incluso una acción publicitaria televisiva a nivel nacional en el que se anunciaban descuentos de hasta el 70%, pedidos en un plazo de 24 horas y el regalo de un gel higienizante de manos de Sesderma con el código YOMEQUEDOENCASA. Porque para el CEO de Perfumes Club, es importante que exista una estrategia 360. «Invertir por inviertir no funciona», ha reconocido en diferentes entrevistas.
La reputación de Perfumes Club, también al alza
Por otro lado, la imagen pública de Perfumes Club igualmente está al alza gracias a decisiones como la donación de gel hidroalcohólico por valor de 100.000 euros, la reducción del importe de los gastos de envío, la colaboración con proyectos solidarios como Pandemia de valores (para recaudar fondos a través de la venta de camisetas) o la renuncia a aplicar un ERTE a la totalidad de su plantilla. No en vano, tal y como reconocía José María San Segundo, CEO de Merco, en la reciente presentación del ranking de las Empresas con mayor compromiso / responsabilidad social durante la pandemia, «ha habido un impulso muy importante en muy poco tiempo y las empresas que han sabido jugar sus bazas han sufrido un impacto positivo muy importante en su reputación».
Todo esto ha sido posible, en parte, gracias a que cuando comenzó la crisis sanitaria en China, Perfumes Club se preocupó por hacerse con un importante stock de materiales de primera necesidad para comercializarlos en el país asiático, lo que les permitió estar ya en contacto con proveedores y fabricantes y contar con mayor margen de maniobra cuando el virus llegó a España.








